A 5 años del inicio de la revolución en Siria, la implicación directa de Rusia ha permitido al régimen, con ayuda de Irán y Hezbollah, tomar la iniciativa.

Alepo, la decisiva capital rebelde, está asediada, como más de una decena de localidades.

En estas condiciones, la tregua firmada por Estados Unidos y Rusia permite consolidar al régimen y que los efectos del asedio debiliten la defensa de la ciudad. Pero la resistencia continúa y, con el alto el fuego una gran manifestación ha recorrido Alepo y otras ciudades al grito de «el pueblo quiere la caída del régimen». La revolución sigue viva.

Pero hay otra consecuencia de la guerra: los refugiados/ as. La lógica es implacable: a más hacen las potencias occidentales y Rusia para rehabilitar el régimen (con o sin Bashar El Asad, en Ginebra III) y derrotar la revolución, más se acelera la huida masiva de la población. Si durante los primeros años los refugiados/das quedaron en los estados vecinos a la espera de que acabara la guerra para poder regresar a casa, la intervención rusa empujó a cientos de miles de sirios/as a buscar en Europa un lugar en el que rehacer la vida: millones de sirios saben que con el régimen de Bashar no hay futuro para ellos en Siria.

Las imágenes de la muerte en el mar, el frío, cargas policiales brutales sobre familias indefensas, provocan el rechazo de gran parte de la población.

Ponen al desnudo lo que es en realidad esta Unión Europea de los mercados y contra los pueblos, esta Europa fortaleza imperialista. ¿Qué hacer entonces con los cientos de miles que huyen de Siria? Como hiciera el Estado español comprando los servicios de la dictadura marroquí para reprimir la entrada de emigrantes, la Comisión Europea y Merkel - contra toda la legislación sobre refugiados/as-, buscan los servicios de un carcelero del pueblo sirio en el exilio: Turquía.

Erdogán se presta a poner su precio a detener a los casi tres millones de sirios que están en su territorio para que no vengan a Europa. El mercadeo se inició primero con 3.000 millones de euros negociados directamente por Merkel en Estambul.

Pero el régimen turco, que no es precisamente modelo de defensa de los derechos humanos, ve que el negocio puede dar más y pide otros 3.000 millones y otras contrapartidas. Y mientras los mercadeos avanzan, la UE calla sobre la ocupación del kurdistán turco, las detenciones y asesinatos, los bombardeos impunes de Erdogán en el norte de Siria y también la censura aplicada sobre la prensa, con la intervenció de medios que no comulgan con su gobierno.

Pero la política de cierre de fronteras no impedirá que los sirios /as intenten llegar a Europa: lo que conseguirá es más muertos y más negocios lucrativos. Es necesario movilizar la solidaridad con los y las refugiadas: Derecho de asilo, Fuera leyes de extranjería. Solidaridad con el pueblo sirio, abajo Bashar, fuera ISIS, alto a los bombardeos de Rusia y el imperialismo.