La crisis financiera internacional,
la alimentaria y la crisis
inmobiliaria tienen un nuevo
problema que empieza a
interaccionar con ellas: lo que
sin exageraciones podemos
llamar el shock petrolero. Los
precios del petróleo (tipo WTI,
el más publicitado) han pasado
de los 20$/barril en enero de
2002 a los 120$/barril en mayo
de 2008, lo que implica una
tasa media de aumento del
33% anual, pero que se ha
acelerado, pues en los últimos
14 meses su precio ha aumentado
el 100%. Algunas voces
ya aventuran que esta tendencia
sólo se frenará por una
eventual recesión de EEUU,
que bajaría el consumo.

Las explicaciones oficiales de la
subida de precios son coyunturales,
parciales o directamente
desinformativas. Una constante en
estas pseudos-explicaciones es la
búsqueda de culpables entre los
regímenes burgueses de países productores
(de Irán, Venezuela,
OPEP), justificada algunas veces por
su hostilidad hacia “occidente”. En
otros casos se les acusa por su “fracaso”
como estado (Afganistán, y
los nuevos candidatos son Bolivia y
México), o por no acometer las inversiones
necesarias para asegurar
un generoso flujo de petróleo o no
abrir su industria extractiva a las inversiones
extranjeras; o por ser nuevos
consumidores a la mesa (como
China e India de los que vemos en
la gráfica su bajo consumo energético
per cápita). Estas versiones refuerzan
una visión de “choque de
civilizaciones” y legitiman a los ejércitos
y la OTAN para intervenciones
imperialistas bajo la cobertura
de garantizar la “seguridad energética”.
Bajo el mismo epígrafe, los
cortes de suministro o la nacionalización
de recursos se pueden convertir
en motivo de amenaza o
agresión militar.

Como vemos en la gráfica (elaborada
por Pedro Prieto, editor de
la web www.crisisenergetica.org y
que forma parte de un trabajo que
se puede encontrar en http://
linko.es/qTB, link en nota 1), la distribución
del consumo energético
per cápita, que es proporcional al
PIB per cápita, señala grandes diferencias
entre unas mayorías
depauperadas y unos pocos países
imperialistas en los que el consumo
energético adquiere grandes dimensiones,
todo ello con grandes
desigualdades en cada zona, pues
estamos en el capitalismo y existen
clases. La subida de precios ya
ha provocado graves problemas en
África, Asia y Latinoamérica, y en
occidente están empezando las
huelgas y paros patronales de sectores
afectados: transporte, pesca,
agricultura, taxi y despidos en
aerolíneas.

Un incremento de precio del
100% en 14 meses es más de lo
que puede esperarse de cualquier
otro negocio legal, precisamente en
un momento en el que las bolsas
han bajado. Es evidente que están
operando capitales (que son especulativos
por definición), que huyeron
en el 2000 del desplome de la
burbuja de las empresas de internet
y que desde el 2007 también huyen
del desplome inmobiliario de
EEUU, Estado español, Gran Bretaña,
Irlanda y otros. Igualmente es
posible que el mercado esté afectado
por la acumulación de reservas
estratégicas de petróleo de
países que no las tenían antes y que
sí disponen en cambio de reservas
en dólares que cada día valen menos.
El fracaso militar de EEUU en
Afganistán e Irak y las amenazas
potenciales o cumplidas de Israel y
EEUU de agresión a Palestina, Líbano,
Siria e Irán también contribuyen
al alto precio, como el pasado
embargo de la ONU a Irak, pues
retiran capacidad de producción del
mercado.

Sin embargo, hay un factor estructural
que es condición necesaria
para que la especulación consiga
beneficios: que la demanda de
petróleo persiga muy de cerca a la
oferta. Y ello se está dando tanto
por el incremento de la demanda
como por el estancamiento de la
oferta. Sobre las causas estructurales
del estancamiento de la oferta
de petróleo, una larga cita de Pedro
Prieto nos resume la situación de la
extracción de petróleo en el mundo.
Se puede hallar el texto completo
en http://linko.es/qTV (link en
nota 2). La palabra cenit significa el
momento histórico de máxima extracción
de un recurso natural.
“Existen siete grandes signos de
que el petróleo está llegando al cenit
(...)

1. La curva de Hubbert y su
predicción sobre los EE.UU. M.
King Hubbert fue un geólogo estadounidense
que predijo en los años
cincuenta que los EE.UU. llegarían
al cenit de su producción de petróleo
nacional en 1970; momentos en
los que EE.UU. era el mayor productor,
mayor exportador y mayor
consumidor mundial. (...) Su famosa
curva, en forma de campana, de
la vida de un pozo, un yacimiento o
una región o país, se mostraba
inexorable: sube la producción, llega
a una meseta y luego inexorablemente
cae hasta que el pozo tiene
que cerrar. Ha pasado así ya con
decenas de miles de pozos, campos
petrolíferos, yacimientos y con
más de 40 grandes países petroleros
en todo el mundo, incluyendo
los EE.UU. (...)

2. La diferencia entre lo descubierto
y lo consumido. El cenit
de los descubrimientos se alcanzó
en EE.UU. en los años treinta y el
de la producción se desplazó 40
años, pero ambas curvas tienen que
igualarse, matemáticamente, porque
lo que no se descubre no se
puede producir ni consumir. Esos
cuarenta años es lo que suele haber
de distancia en las diferentes
regiones petrolíferas, que ya lo han
experimentado, entre el cenit de los
descubrimientos y el cenit de la proLucha
Internacionalista 89, junio 2008 5
ducción. En el Mar del Norte, la distancia
entre ambos cenit se ha reducido
a poco más de 30 años, por
una mayor y más intensiva explotación.
Pues bien, el cenit de los descubrimientos
para el conjunto del
planeta se alcanzó a principios de
los años sesenta. El cenit de la producción
está llamando a la puerta.

3. La caída de descubrimientos
de campos gigantes (más de
500 millones de barriles. Desde 2003
no se ha descubierto ninguno) y tuvieron
su cenit en 1965. Consumimos
4 barriles por cada barril que
descubrimos.

4. La Tasa de Retorno Energético,
o TRE en castellano y
EROEI en inglés (Energy Return on
Energy Invested). Esto es, la energía
neta que queda, cuando se extrae
de una fuente, después de
descontar la energía que hay que
gastar para obtenerla. Ésa es la que
verdaderamente interesa en toda
fuente de energía. Con anterioridad
a 1950, era de 100 a uno; en los 70
cayó a 30 a 1; en el 2005 es de 10
a 1 a escala mundial. Las arenas
asfálticas tienen una TRE de 4 a 1,
en el mejor de los casos. Este es
un problema físico, no económico,
por mucho que le pese a los economistas.
(...)

5. Cada vez más lejos y más
profundamente para extraer. Ya se
perfora a 4 Km de profundidad marina.
Y se busca petróleo en el círculo
polar Ártico, en Groenlandia y
en la plataforma antártica. En 2003
las empresas gastaron 8.000 millones
de dólares en exploración y
descubrieron reservas por valor de
4.000 millones de dólares.

6. La capacidad de reserva
de la producción mundial cae en
picado. Arabia Saudita tenía una
capacidad de varios millones de
barriles diarios y se la consideraba
país “comodín” (“swing producer”),
para cubrir cualquier eventualidad
en el mercado (guerras, sabotajes,
conflictos políticos, etc.). Hoy, la capacidad
extra es del orden del 1%
de la producción mundial, que anda
por los 80 millones de barriles diarios.
La propia Arabia Saudita, mal
que le pese, porque esa capacidad
de ejercer de árbitro le suponía un
gran poder político y financiero,
empieza a admitir que no puede ir
mucho más allá. (...)

7. Campos más antiguos. La
mayor parte del petróleo que consumimos
proviene de campos que
tienen más de 30 años. (...)”
En Madrid, del 29 de junio al 3 de
julio, se celebrará el Congreso Mundial
del Petróleo con jefes de estado,
representantes de gobiernos,
directivos de petroleras y más de
4000 delegados en total. Como réplica,
también en Madrid, entre el
27 y 29 de junio se está organizando
el Espacio Social Alternativo al
Petróleo – ESAP, en el que también
participaremos Lucha Internacionalista.
Las soluciones, también
para este problema, no están en el
capitalismo.

Notas:

1. http://www.crisisenergetica.org/
f i c h e r o s /
opciones_economicas_y_energeticas_de_futuro.pdf

2. http://www.crisisenergetica.org/
s t a t i c p a g e s /