Las acusaciones se van agravando y la lista de acusados/as se hace interminable: una nariz de payaso, un mecánico que reclama el derecho de admisión, el profesor por el hecho de hablar de lo que ocurrió el 1 de octubre... todos los dirigentes del independentismo catalán acusados ya no solo de rebelión sino de grupo criminal. Todo el macroproceso pretende ser una seria advertencia para criminalizar toda disidencia.

Por ello es un error pensar que lo que haga el juez tiene que ver con lo que uno declare, el estado se venga de la humillación del 1 de octubre. Bajo la ofensiva represiva los partidos catalanes se dividen y enfrentan, intentando reducir inútilmente las consecuencias penales y esto mismo paraliza una estrategia común para la investidura del Gobierno de la Generalitat. A cada declaración, la duda de si los citados acabarán o no en prisión.

Los dirigentes catalanes del PdCat y ERC retroceden una y otra vez, intentando minimizar y caricaturizar la proclamación de la república y el propio 1 de octubre. A más renuncias en las declaraciones, a más acusaciones cruzadas, más fuerte se siente el poder para golpear. Las dudas y vacilaciones de PdCat y ERC a la hora de aplicar el resultado del 1 de octubre hoy se multiplican, siendo un instrumento en manos de los jueces.

Así como PdCat y ERC retroceden una y otra vez, Ómnium y ANC contribuyen a la parálisis del movimiento. Es más urgente que nunca levantar una dirección política alternativa que enfrente el estado, y esto es imposible sin volver a poner en el centro la movilización: para parar la represión, detener la ofensiva en educación, defender los derechos sociales. Para recuperarla tenemos dos puntos de apoyo: los Comités de Defensa de la República y la plataforma político sindical que convocó la huelga del 3 de octubre, con un referente político que debe estar a la altura: la CUP-CC. Esta es la tarea.

Pero no hay que olvidar la situación del Gobierno Rajoy que comanda la ofensiva, que se sigue debilitando, con el PP en caída en intención de voto y con los casos de corrupción que cercan la dirección del PP y el propio Rajoy. C’s amenaza con el sorpasso en encuestas y enciende la guerra entre las dos formaciones por el predominio en la derecha española, lo que amenaza la delicada estabilidad del gobierno.

En esas condiciones el prepara un nuevo ataque a las condiciones de vida de la clase obrera, recortando pensiones, sanidad y educación, por que el pago de la deuda lo exige. Del mismo modo que el Gobierno intenta utilizar el tema catalán y azuzarlo, como ahora con el ataque a la lengua catalana para cerrar filas y poder imponer sus planes de austeridad. Detener la ofensiva antiobrera y antipopular del Gobierno Rajoy va de la mano de detener la represión contra el proceso catalán. Si estas dos luchas esenciales no se encuentran, la una y la otra van a sucumbir. Esta es la disyuntiva.

Por ello no hay otro camino que retomar la senda de la movilización contra los recortes que nos acechan, contra el Gobierno Rajoy y levantar asimismo la solidaridad entre pueblos y entre trabajadores/as y pueblos.

8M primera cita: huelga general

CGT la ha convocado, de acuerdo con el movimiento feminista. También IAC y varios sindicatos menores. De nuevo es la presión de una movilización que escapa al control de CCOO y UGT (ya van varias) lo que les lleva a convocar paros de 2 horas.

Los derechos de la mujer trabajadora, no sólo están cuestionados desde hace decenios, sino que se vive un ataque al calor del ascenso de fuerzas de derecha y extrema derecha. Trump es un ejemplo de ello. Pero no es sólo Madrid. Puerta del Sol ideológico, sino que los sucesivos recortes en servicios públicos, recrudece la opresión que sufre la mujer en cuanto a que los cuidados recaen esencialmente en ella. Y es un elemento central de la lucha de clases porque además el brutal enriquecimiento de la gran patronal en estos tiempos de crisis ha ido de la mano de los incrementos de precariedad, las cadenas de subcontratas, empleos a tiempo parcial y un largo etc. de empobrecimiento de la clase obrera en general, pero muy en particular de la mujer trabajadora que es quien más sufre estos contratos de extrema precariedad, ahondando la brecha salarial.

La patronal ya ha salido a los medios a amenazar con pedir la ilegalización. Tienen razón de estar preocupados, porque lo que la huelga pone en el centro, cuestiona en forma drástica, la base de su galopante enriquecimiento (sólo de la brecha, según UGT, extrae 42.000 millones). Así que, con mayor razón que nunca, si ganan las trabajadoras, ganamos todos. Es esencial salir con toda la fuerza a la huelga y a las movilizaciones previstas para este 8 de marzo.

21/02//2018