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No al Pacto de Rentas: Subida de salarios y pensiones con el IPC real

Lucha Internacionalista, 25 de septiembre de 2022




Todos los organismos patronales e institucional se apresuran a pedir contención a los salarios, para no entrar en una “espiral inflacionaria". El Gobierno hace suyo este mantra y la propuesta del BCE de un pacto de rentas. Así lo explica el Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos: “la menor renta del conjunto de la economía se traduce necesariamente en una reducción de rentas de sus agentes. Resulta deseable en este contexto que estos agentes (fundamentalmente, empresas y hogares, pero también administraciones públicas) interioricen esta reducción de la renta nacional y acuerden un reparto de la misma, para evitar que se desencadene una realimentación de incrementos de precios y costes. (...) la elevación simultánea de los niveles de precios y salarios en el contexto actual comportaría una pérdida de competitividad exterior... con efectos perniciosos en el empleo y el crecimiento económico.”

Una primera precisión: la inflación no presupone que exista una menor renta del conjunto de la economía, de la renta nacional. El aumento de precios, empobrece a quien no puede decidir unilateralmente subir sus ingresos, pero no a quien puede subir sus precios para mantener beneficios. El Pacto de rentas quiere limitar el crecimiento de los salarios, pero en el caso de los precios sólo recomienda a la patronal moderación. Los dirigentes de CCOO y UGT responden pidiendo subidas salariales de entre el 3,5 y el 4%, es decir, aceptando que el poder adquisitivo de los sueldos pierda entre un 6,5% y un 7%. Un 2,5% en 2023 y 2% en 2024. El desacuerdo entre patronal y CCOO y UGT está en la cláusula de revisión salarial.

La fijación de los precios de las mercancías es la base a través de la que los empresarios realizan sus beneficios. El argumento de la espiral inflacionaria es un argumento muy antiguo para que los trabajadores aceptaran la pérdida de poder adquisitivo de sus salarios. En junio de 1865 K. Marx presentaba un informe al Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), publicado como “Salario, precio y ganancia”. En él, Marx defiende la lucha por el aumento de salarios contra la tesis contraria que afirma que esa lucha acabará siendo perjudicial para los obreros. Marx relaciona directamente esta lucha con la pugna permanente entre salario y beneficio por el excedente, y que se resuelve por la correlación de fuerzas entre las clases, siendo sustancialmente independiente del proceso de fijación de los precios.

No existe una relación directa entre precios y salarios como nos dicen, pues se esconde una de los principales componentes del problema, la lucha de clases que se establece por el reparto de la plusvalía. Ahora el argumento es la guerra de Ucrania y los problemas de suministro de gas y petróleo, pero el aumento de precios de las materias energéticas viene de antes de la guerra. Estos aumentos de precios han venido acompañados por una fuerte subida de beneficios empresariales. Por ejemplo, Iberdrola, cierra 2021 con un beneficio récord de 3.885 millones de euros, un 8% más que en 2020. Para este año 2022 se fija conseguir otro 8% más. Es decir, no tiene problemas en compatibilizar un encarecimiento de precios del gas con un aumento récord de beneficios. Según Yolanda Díaz, Ministra de Trabajo, "el 83% de la subida de la inflación viene de los beneficios empresariales y no de los sueldos." Por eso es también compatible entender que en el marco de esta inflación las empresas cotizadas han realizado beneficios récord por valor de 64.021 millones de euros en 2021.

Un aumento de salarios en primer lugar lo que haría sería reducir las ganancias empresariales y, estaría por ver cuánto o qué parte podrían repercutir en un aumento de precios, porque los precios también dependen de las leyes de mercado. La realidad es que con años de patronal y gobiernos reclamando políticas de contención de los salarios, cada vez los beneficios empresariales ganan terreno en la distribución de la riqueza.

La evolución de la distribución de la renta nacional, entre los salarios y el excedente bruto de explotación o beneficios empresariales, explican mucho de esta lucha de clases por el excedente, o la plusvalía. En la década entre 1967 y 1977, los salarios pasaron del 60% a cerca del 70% de la renta nacional. Fueron años de luchas, de alza no sólo del movimiento obrero. Pero llegaron los Pactos de la Moncloa y más y más acuerdos de contención salarial. En 2008 al inicio de la crisis capitalista actual, los salarios ya sólo suponían el 53’3%, por un 46’7% para los beneficios. En 2019 las rentas salariales se llevaban el 51%.

Defendemos el poder adquisitivo de salarios y pensiones: 100% del IPC real.
Por una escala móvil de salarios, indexada automáticamente al aumento de precios.
Intervención de precios de las materias básicas.
Nacionalización bajo control de los y las trabajadoras de las eléctricas y la banca.


Estanflación = inflación + recesión

Tras la invasión de Putin a Ucrania, la crisis económica ha asumido una nueva forma, la estanflación. Así se denomina a la unión de dos fenómenos que usualmente aparecen como contrapuestos: la recesión, con pérdida de puestos de trabajo y caída de la producción, y la inflación, el aumento generalizado de precios que derrumba salarios y jubilaciones.

La (crisis) que comenzó en 2007/2008 se transformó en la más grave, solo comparable con la histórica crisis de 1929. Desde entonces, la economía capitalista nunca se recuperó, … la guerra desatada por Putin contra Ucrania ha generado un nuevo golpe sobre el funcionamiento del capitalismo imperialista. A diferencia de 2008/2009, cuando el todavía fuerte crecimiento chino les permitió a algunos países superar lo más agudo de la crisis vendiendo materias primas agrícolas o combustibles a altos precios, este vez no se salva siquiera el gigante asiático, que entre abril y junio apenas creció 0’4%.

En una situación inédita de los últimos 40 años, los EEUU y la Unión Europea lideran un fenómeno inflacionario que, a partir de ahí, se extiende por todo el planeta… Al mismo tiempo hay pronósticos de que estarían entrando en una fase recesiva.i No es la primera vez que este fenómeno sucede. En los años 70, a partir del aumento de precios del petróleo… a la inflación se sumó la recesión económica. Recordemos cómo se intentó estabilizar la economía en aquel momento con el lanzamiento de una auténtica contrarrevolución del capital contra el trabajo con los programas de Ronald Reagan y Margaret Thatcher. A ello se sumó el intento de “aspirar” todo el capital especulativo que andaba girando por el planeta en los países semicoloniales y dependientes, que se hizo a través de fuertes incrementos de la tasa de interés de referencia de los países imperialistas… El capital financiero se volcó rápidamente hacia los países imperialistas dejando sin financiamiento al resto del mundo y provocando la crisis de la deuda externa de 1982... empezaron los planes de ajuste monitoreados por el FMI. Los precios del petróleo, … finalmente se derrumbaron, pero también las materias primas que vendían los países semicoloniales, profundizando la crisis en ellos. Los países imperialistas, por su parte, tampoco lograron salir de la crisis, solo generando nuevas burbujas especulativas, … que terminaron estallando pocos años después (Estados Unidos en 1987 y Japón en 1989).

La reaparición del fenómeno estanflacionario abre la posibilidad de similares situaciones. … Los gobiernos imperialistas se lanzan a combatir la inflación… Hoy los Estados Unidos están subiendo su tasa de interés de referencia (la de la Reserva Federal), mientras el Banco Central Europeo duda si lanzarse en la misma dirección… puede volver a colocar en situación de crisis de deuda a Grecia y otros países del sur europeo. Mientras tanto, los capitales especulativos están saliendo de la Unión Europea hacia los Estados Unidos, lo que genera una fuerte devaluación del euro… Todo esto fogonea aún más la inflación y la recesión en la Unión Europea.

Las políticas imperialistas, más que nunca con la aparición del fenómeno inflacionario, hacen que la crisis la paguen la clase trabajadora y los pueblos del mundo. Explícitamente, los gobiernos se juegan a reducir la inflación con planes de ajuste recesivos. La clase obrera y los sectores oprimidos, una vez más, como ya lo están haciendo, saldrán a enfrentar a estos planes y sus gobiernos.

Extractos del artículo de José Castillo "Recesión más inflación: la crisis se profundiza"

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