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28J. Contra la violencia del sistema capitalista y cis-heteropatriarcal: Las disidencias sexuales y de género tomamos las calles

Lucha Internacionalista, 28 de junio de 2023




Un año más las disidencias sexuales y de género tomamos las calles acompañadas del movimiento feminista, del movimiento antirracista, del movimiento por la vivienda y de todas aquellas que luchan contra este sistema capitalista, racista y cis-heteropatriarcal que nos condena a la miseria y a la marginalidad. Como las protagonistas de la revuelta de Stonewall en 1969, y como las compañeras que recorrieron las Ramblas de Barcelona en junio del 77, reivindicamos la lucha por la liberación sexual, afectiva y de género desde el anticapitalismo, con el conjunto de la clase trabajadora y al margen de empresas y gobiernos que mercantilizan e instrumentalizan nuestra lucha.

Todos los derechos que tenemos el colectivo LGBTI han sido conquistados en las calles y hoy, más que nunca, somos conscientes de que están continuamente amenazados. Lo estamos viendo en torno al mundo: el crecimiento de la extrema derecha viene acompañado de una lista de recortes en materia de derechos y libertades que nos afectan a todos los sectores oprimidos. Disidencias, mujeres y personas racializadas estamos en el punto de mira de gobiernos reaccionarios. El retroceso en el derecho al aborto en Estados Unidos, las fronteras asesinas del Mediterráneo, las leyes contra la homosexualidad de Rusia o Uganda (¡ahí castigada incluso con la pena de muerte!), la prohibición del Drag en Texas o el intento de Meloni de recortar derechos a parejas de lesbianas, son medidas que ejemplifican el paso a la ofensiva de estos sectores retrógrados; medidas que nos precarizan, nos estigmatizan y nos relegan a la exclusión social. Como la comunidad indígena en Perú y Ecuador, o como las mujeres en Irán, debemos pasar a la ofensiva, organizarnos y movilizarnos contra las políticas de odio y ajuste de los gobiernos.

El Estado español no es ajeno a esta situación. Aunque por el momento no está en el gobierno central (pero sí en varias comunidades autónomas), el crecimiento de la extrema derecha es un hecho y el giro hacia la ultraderecha ha quedado constatado en las últimas elecciones. Vemos cómo crecen los discursos de odio y vemos como nosotros -las mujeres, las migrantes y las disidencias- somos su objetivo. Hacen declaraciones desde las instituciones alertando de un "alarmante aumento de la homosexualidad y la transexualidad"; despliegan pancartas kilométricas en fachadas de Madrid con contenido machista y LGBTIfóbico mientras prohíben banderas irisadas en edificios públicos; prohíben libros en las escuelas que hablan de diversidad sexual y censuran obras de teatro con temática homosexual. Cada vez vemos más cómo los medios de comunicación dan cobertura a partidos y organizaciones reaccionarias, y cómo sus discursos de odio se necesitan y se reproducen en las redes sociales y en las calles. Los agresores se sienten totalmente impunes y envalentonados para violentarnos y disponer de nuestros cuerpos. Nos violan, nos agreden y nos asedian por ser quienes somos, por suponer una amenaza a su statu quo. Así, según la ONG ILGA-Europa, 2022 fue el año más violento para el colectivo LGBTI en el Estado español de la última década. De 466 delitos de odio en 2021 registrados por el Ministerio del Interior, uno de cada cuatro estaba dirigido a personas del colectivo, lo que supone un incremento del 70% respecto al año anterior.

Teniendo en cuenta que se estima que sólo se denuncia el 20% de las agresiones, la cifra es escalofriante. La violencia que sufrimos a diario llega a su máximo exponente con el asesinato de Samuel en el 2021, con el transfeminicidio de Sandra a principios de este año o con el suicidio de Iván hace un par de meses.

Debemos combatir estos discursos de odio vengan de donde vengan: de la derecha o la ultraderecha más rancia de Vox y PP, de los sectores del movimiento feminista que excluyen y amenazan a las compañeras trans, o de partidos disfrazados de clase obrera que exaltan la norma, la familia y la patria.

Pero no podemos quedarnos sólo en esto; no se trata únicamente de una lucha ideológica contra el machismo, el racismo o la LGBTIfobia de estas organizaciones. También debemos denunciar a los gobiernos supuestamente progresistas que, con sus políticas, ponen la alfombra roja al desarrollo de la extrema derecha. Denunciamos al PSOE, que -mientras intenta instrumentalizar el colectivo LGBTI en todas las elecciones- cede a chantajes de sectores feministas trans-excluyentes y diluye una ley trans más que necesaria en una ley LGBTI descafeinada, dando la espalda a las demandas de las organizaciones trans, sin reconocer a las personas no binarias e ignorando la violencia laboral que sufre el colectivo, que sigue siendo el más precarizado. Denunciamos al gobierno más progresista de la historia, que pone trabas administrativas racistas para obstaculizar el derecho de asilo y refugio de cientos de personas LGBTI perseguidas y amenazadas en sus países de origen; que -con la ley de extranjería- perpetúa la discriminación de las personas migradas y precariza al conjunto de la clase trabajadora; que vende armas a estados represores como Turquía, y que asesina a nuestras compañeras en la frontera sur. Denunciamos las políticas del PSOE, IU y Podemos, que anteponen las ganancias de multinacionales, fondos buitre y grandes tenedores a los derechos de toda la clase obrera; que recurren a medidas populistas que no tocan las ganancias del Ibex35 y acabarán traduciéndose en deuda y recortes que nos afectarán a las trabajadoras y a los sectores populares; que con sus reformas laborales nos precarizan y con sus leyes de vivienda no frenan en modo alguno la turistificación y la gentrificación de nuestros barrios.

Luchar contra el odio de la extrema derecha es luchar contra las políticas que lo alimentan, y esto sólo es posible con la unión de todos los sectores oprimidos con el conjunto de la clase trabajadora. Porque cuanto más se profundice la crisis económica capitalista más invertirá el gran capital en el crecimiento de la ultraderecha, porque nos necesita divididas y desmovilizadas.

Por eso hoy salimos a las calles. Para exigir derechos para las disidencias y para toda la clase trabajadora, porque debemos seguir luchando contra la miseria y la violencia a la que nos condena este sistema capitalista y cis-heteropatriarcal. Pero sabemos que nunca seremos verdaderamente libres dentro de este sistema, porque el racismo, el machismo y la LGBTIfobia son intrínsecos al mismo. Por eso hacemos un llamamiento a seguir movilizadas y organizadas, para avanzar hacia la ruptura con el capitalismo y para llegar a un mundo en el que podamos vivir libres de toda explotación y opresión.

- Contra la precariedad a la que se nos aboca, exigimos leyes integrales trans y LGBTI que avancen hacia la erradicación de las desigualdades sociales y laborales de todas las disidencias sexuales y de género.

- Contra el machismo y la LGBTIfobia, exigimos políticas de prevención y reparación y recursos para su aplicación. Necesitamos protocolos efectivos en los centros de estudio y trabajo con comisiones investigadoras independientes para que los agresores no queden impunes.

- Contra los discursos de odio de las instituciones reaccionarias como la Iglesia o el sistema judicial, exigimos la separación real de la Iglesia y el Estado y una educación, sanidad y servicios sociales 100% públicos y con perspectiva de género.

- No hay personas de primera y segunda, y los derechos no son derechos si no son para toda la clase trabajadora. Exigimos la regulación inmediata de todas las personas migradas y la derogación de la Ley de Extranjería.

Lucha Internacionalista

28/6/2023

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