El miércoles 12 de agosto los trabajadores de Zanón y del Sindicato Ceramista, junto a la CTA, ATEN,
ATE, organizacio-nes sociales, estudiantiles y par-tidos de izquierda, se manifestaron frente al parlamento
provincial de Neuquén, que finalmente aprobó la expropiación de la fábrica ceramista, tras nueve
años de gestión obrera. En la crisis económica mundial, e independientemente de los límites de la
medida (hay que seguir peleando por la nacionalización bajo control obrero y por la inversión pública en
la modernización de la fábrica) la lucha de los trabajadores de Zanón demuestra que no son necesarios
ni patrones ni propiedad privada para mantener la producción. Pocos días después de la expropiación,
los dirigentes del sindicato ceramista volvían a sus puestos de trabajo, según el sistema de rotación
acordado en asamblea.

Internacionalista-
En primer lugar
enhorabuena por
la expropiación de
Zanon-FASINPAT.

Alejandro López-Ha sido un gran paso
de la gestión obrera,
tras muchos años de
lucha.
Soluciona una etapa
importante en nuestro
conflicto. Aleja la posibilidad del remate
y del desalojo. A diferencia de otros
casos en que se han dado expropiaciones
por tres o cinco años, en nuestro
caso es definitiva: la fábrica ya pertenece
a los trabajadores.
Entrevistamos a Alejandro López
antiguo secretario General del sindicato
Ceramista.

LI ¿Podrías explicar los detalles
de la expropiación?

AL.-Es una expropiación a título
gratuito para los trabajadores. No
tenemos que hacernos cargo de
ninguna deuda, como en otros casos,
en que los trabajadores han
quedado endeudados para toda la
vida, y es una mochila muy pesada.
El gobierno de la provincia decidió
una expropiación por advenimiento,
es decir previamente acordada
con los acreedores privilegiados:
una empresa italiana, el banco
mundial y una institución de crédito
provincial. El gobierno disminuyó
la deuda de 360 a 23 millones,
que van destinados a estos acreedores,
los que tienen la prenda sobre
la maquinaria, sobre el terreno
y sobre el edificio. El único compromiso
por nuestra parte es vender el
material al gobierno provincial a precio
de coste (materias primas, luz,
gas, amortización de la maquinaria
y salarios). Si el gobierno de la provincia
nos compra material nos garantiza
una venta permanente, y la
continuidad. Ha sido una de las
mejores expropiaciones que se han
hecho a nivel nacional. Los títulos
de propiedad pasarán a la cooperativa
Fasinpat: los terrenos, la maquinaria,
el edificio, e incluso la
marca Zanón, lo que nos favorece
comercialmente. La lucha que empezamos
hace 9 años continúa,
pero se ha dado un paso adelante
muy importante. En el contexto de
crisis económica internacional que
trae despidos, cierres de fábrica,
caídas salariales, hemos demostrado
que el control obrero puede dar
una salida para los trabajadores. Esperamos
que sea inspirador para
que otros trabajadores sigan el mismo
camino. Y también hacer un llamado
a los trabajadores para que
no nos resignemos, inspirarnos en
esta experiencia porque cuando los
medios de producción están en
manos de los trabajadores las cosas
empiezan a cambiar. Que no
permitamos que en una fábrica se
despida a cientos de compañeros:
el único que se tiene que ir es el
patrón y los trabajadores sabremos
cómo hacerla funcionar.

LI.- Pero la lucha continua.

AL.- Pero la lucha continua, porque
se ha resuelto la parte legal y
no nos van a echar, pero ahora
queda la parte productiva. Estamos
en una crisis económica mundial,
no tenemos subsidios, créditos para
renovar tecnología… a las otras fábricas que están bajo patrón les dan
todas estas ayudas, pero no a una
fábrica bajo gestión obrera. Hay una
estrategia por parte del gobierno y
las patronales de ahogar económicamente
la experiencia del control
obrero. Hay que seguir luchando
para poder producir en igualdad de
condiciones. La construcción ha
caído un 40% este año y si no se
reactiva la obra pública para nosotros
será muy complicado. Y la lucha
también continúa porque somos
conscientes de que nuestra
lucha no es una isla. Si no hay buen
salario para los trabajadores docentes,
los petroleros, los trabajadores
de la salud… si no hay una mejora
del poder adquisitivo no nos comprarán
pisos (suelos) y
revestimientos.

LI.- ¿Habéis conseguido compromisos
de compra por parte del
Gobierno?

AL.- Los hay, pero el gobierno por
voluntad propia no los quiere cumplir.
Ellos lo que quieren es ahogarnos.
Las compras sólo llegarán si
seguimos luchando por la obra pública,
junto a otros trabajadores y
junto al pueblo de Neuquén. Sólo
en el pueblo hay 70.000 familias sin
vivienda. Miles de personas viven en
chabolas. Es urgente reabrir la obra
pública, pero esto requiere una decisión
política.

LI.- Los trabajadores de Zanon
siempre habéis luchado por la nacionalización
de la fábrica y
planteábais que la cooperativa no
era una salida real. ¿Queda ahora
aplazada esta reivindicación?

AL.- Justamente por nuestro sector,
ligado a la construcción y muy
expuesto a los vaivenes de la economía
no podemos bajar la bandera
de la estatización. Y con control
obrero pleno. Luchamos porque la
fábrica sea estatizada, es lo único
que puede garantizar nuestra continuidad
en el tiempo. No hemos luchado
durante tanto tiempo para
acabar autoexplotándonos, sino para
trabajar en una fábrica con un buen
salario y en buenas condiciones. La
lucha por la estatización sigue abierta,
porque es la solución definitiva.

LI.- ¿Crees que la expropiación
de Zanon abre la puerta a la misma
salida para otras fábricas ocupadas?

AL.- Hemos tratado de pelear durante
años por una ley nacional de
expropiación. Hay que seguir en
esta lucha porque muchos trabajadores
siguen sin solución. Se trata
de que cada fábrica que cierre
pase automáticamente a manos de
los trabajadores.

LI.- ¿El funcionamiento de la fábrica
continuará con las asambleas?

AL.- Estamos mejorando la organización.
Pero para que la fábrica
se mantenga en pie necesitamos
de los otros trabajadores. Sigue habiendo
dos pilares: el trabajo y la
organización interna y la lucha en
las calles. Seguiremos como hasta
ahora, con más compromiso, porque
en el contexto de crisis tenemos
que demostrar que los trabajadores
podemos llevar adelante la
fábrica.

LI.- ¿Qué ambiente se respira
entre los compañeros y compañeras?

AL.- En estos momentos buenos
no olvidamos la ayuda que hemos
recibido de otros trabajadores a nivel
nacional e internacional. Muchísima
gente, muchas organizaciones
y trabajadores como ustedes,
a pesar de estar tan lejos, se han
manifestando por la expropiación.
Con fondos de huelga, con
movilizaciones. En los balances de
la asamblea ha quedado claro que
lo hicimos entre todos, y que esto
fue lo que volcó la balanza.

LI.- 9 años de lucha y ahora toca
cambio en la dirección del sindicato.

AL.- El balance es más que positivo,
no sólo por conseguir la expropiación,
sino porque se han conseguido
cifras históricas de aumento
salarial. Se han acabado los despidos
y las suspensiones en las 4
fábricas del sindicato ceramista.
Dos están bajo control de los trabajadores:
Zanon y Cerámica del
Sur, que hace menos de un año
fue tomada por los trabajadores.
En el resto hay un control obrero
parcial y los compañeros manejan
todos los números de la producción,
lo que permite que nadie nos
pase por arriba a la hora de discutir
salarios o mejoras de seguridad.
Es el resultado de los
posicionamientos de clase que
siempre ha tenido este sindicato.
La lucha codo a codo con otros
trabajadores, por los derechos de
los pueblos originarios, por el procesamiento
de los responsables de
la dictadura. Ahora terminamos un
mandato y tras la reforma de nuestros
estatutos no permitimos que
ningún dirigente se atornille por
años en los cargos. Nosotros hacemos
la rotación. Mañana a las
seis de la mañana yo arranco en
la máquina de dónde salí, y surgen
nuevas camadas de dirigentes
que llevarán el sindicato.