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Euskal Herria. Juicio Egunkaria

"...los únicos que decidimos en nuestro país sobre la idoneidad o no de publicar diarios en euskera somos los trabajadores de los diarios y los lectores"

Lucha Internacionalista, 4 de marzo de 2010




El 2 de febrero se realizó la
última sesión del juicio del Egunkaria -por sorpresa, pues se esperaba para
finales de febrero-, 7 años después de aquél 20 de febrero del 2003 en que
Garzón ordenaba la detención de sus 10 responsables y el cierre del periódico.
Desde entonces hemos venido participando en las movilizaciones y actos
que en su defensa se han realizado. Entre las sesiones del juicio de enero,
Martxelo Otamendi, director del Egunkaria y hoy del Berria, realizó una gira
por Catalunya para recabar la solidaridad. Allí estuvimos, y tras el acto realizado
en Barcelona, Martxelo nos concedió esta pormenorizada entrevista.

LI: ¿Qué significaba Egunkaria
para Euskadi?

MO: Egunkaria era el único diario
en euskera. El euskera llegó tarde
a los medios de comunicación: 50
años tarde al libro impreso, 170 años
tarde al periódico, 60 a la radio, 35
a la televisión. No así con las nuevas
tecnologías porque cuando se
hicieron populares, en dos o tres
años ya teníamos webs en euskera.
Con el proceso autonómico en
1982 se ponen en marcha la televisión
y la radio pública vascas, faltaba
un diario. En Europa no se estilan
los diarios públicos, y entonces
se pone en marcha una promotora
para animar a la gente y decirles
que es posible y es necesario poner
un diario en euskera. En 1990
nace Egunkaria. Era un poco la niña
mimada de la cultura vasca, porque
era una iniciativa popular -1500
personas pusieron dinero-. Aunque
éramos una sociedad anónima teníamos
gestión social y la gente tenía
la sensación de que «éste es mi
diario». Un poco lo que pasaba con
el diario Egin, que son diarios muy
de comunidad, muy de nuestra gente.
Seguramente aquí quien lee La
Vanguardia le gustara y punto, pero
no siente que es su diario, es el diario
del conde Godó. Los que leen
vuestra revista tendrán una mayor
identificación con ella, porque saben
lo que cuesta hacerla, imprimirla,
distribuirla, y entonces piensan
esta sí es mi revista.

Para mucha gente el cierre del
diario, aparte de ser una aberración
y un ataque a la libertad de expresión,
era que nos habían estropeado
el esfuerzo de mucha gente trabajando
en la misma dirección. Eso
era para nosotros Egunkaria, era
más que un diario; era que nuestro
pueblo estaba avanzando en la normalización
lingüística, en la capacidad
de, sin dinero público, poner
en marcha un proyecto popular. Y
en 2003 un juez llega y dice: señores
y señoras, lo cerramos.

LI: Comentabas que vosotros
no queríais ser el ‘segundo periódico’,
¿a qué te referías?

MO: Sí, esto es importante. Y es
importante porque cuando tienes
suelto para comprar un diario sólo
compras uno, cuando te duele la
muela o no tienes tiempo para leer,
sólo compras uno,… esa sensación
de que si eres el segundo eres el
que se cae de la compra, tiene aún
más significado si eres en una lengua
minorizada. No queríamos ser
el diario que se deja, queríamos ser
el primer diario, por el que se enteraran
los lectores de lo que pasaba
en el mundo y en el País Vasco,
desde nuestra óptica y en euskera.
Por eso, nacer siendo el segundo
diario y llegar a ser el primero para
una buena cantidad de lectores era
muy importante. Era dar la certeza
de que se puede recibir información
en euskera de lo que sucede en el
mundo: destacábamos periodistas
a las situaciones más importantes,
conflictos, foros sociales... Íbamos
a Gaza y a Palestina, al Sahara, a
Irlanda del Norte,… a cubrir la noticia
de primera mano para que la gente
no tuviera que cambiar de idioma
para leer información sobre, por
ejemplo, Palestina, y tampoco tuviera
que cambiar de punto de vista.
Porque según qué periódico lees
no te lo explican igual. Y nosotros
éramos más amigos de los trabajadores
que de los empresarios, de
los palestinos que del gobierno israelí
–otra cosa son los ciudadanos-,
de los saharauis que del gobierno
de Marruecos, más amigos
de los laicos que de la iglesia católica.

LI: Esa profesionalidad de buscar
la noticia de primera mano, ya
os había comportado represión
por entrevistas con ETA, ¿no?

MO: En mi caso, yo realizo tres
entrevistas con ETA, en 1999, 2000
y 2001, y en dos de ellas el Fiscal
Jefe de la Audiencia Nacional, que
era Fungairiño, nos acusó de colaboración con banda armada y apología
del terrorismo. Por ese motivo
el juez Garzón me llama a declarar,
y hago una férrea defensa de la necesidad
profesional de hacer esas
entrevistas, porque no entiendo que
un periodista que tenga la posibilidad
de hacer una entrevista a ETA
no la haga, y digo con ETA como
con Al Qaeda, con Bush o con quien
sea. Defendí la necesidad informativa,
y también la legalidad de las
entrevistas. Y cuando me hizo preguntas
relativas a cómo se gestionan
las entrevistas, le recordé que
la Constitución ampara el secreto
profesional de los periodistas. Lo
volvió a intentar varias veces, y me
mantuve… Soy uno de los pocos
vascos que tiene no uno, que ya es
difícil para un vasco, sino dos autos
de Garzón favorables, y dice que
esas entrevistas son profesionales,
de interés público.

LI: ¿Qué similitudes y qué diferencias
ves entre el cierre de Egin
y el de Egunkaria?

MO: Hay una diferencia muy importante
entre Egin y Egunkaria, y
es que a Egin ya mucha gente lo
había condenado injustamente antes
de que el juez Garzón irrumpiera
en sus instalaciones. El primer cuerpo
policial que entra en Egin, a registrarlo,
es la Ertzaintza, no la Policía
Nacional. El operativo de
Egunkaria es Guardia Civil con el
juez Del Olmo, el operativo de Egin
es Garzón con la Policía Nacional.
Atutxa llegó a decir ‘comprar Egin
es darle un gramo de amosal a ETA
todos los días’. Egin ya estaba condenado
previamente por algunos
sectores y eso fue una alfombra
puesta para que Garzón irrumpiera
con sus caballos. Esa es la diferencia
fundamental, Egunkaria no tenía
una condena previa de nadie.
Distinguimos dos tipos de sumarios
en la Audiencia Nacional: los
sumarios de pertenencia, militancia
o colaboración con ETA, y los que
nosotros llamamos de contenido
político o de impulso político, en los
que el Estado se ve en la necesidad
- para cerrar Egin, para ilegalizar
Batasuna, cerrar las Herriko tabernas,
etc.- de hacer una nueva formulación
de lo que es ser terrorista,
porque si son terroristas sólo los
de las armas, los otros quedan fuera.
Hasta el cierre de Egunkaria, los
sumarios de la Audiencia Nacional
de contenido político, eran todos a
organizaciones que legítimamente
se proclamaban de la izquierda
abertzale. Pero en el caso
Egunkaria se rompe ese dique de
contención, se rompe la línea
Maginot… si estaban cerrando
Egunkaria podía pasar cualquier
cosa.

El cierre de Egunkaria demostraba
que no se conformaban sólo con
Egin: Egin, más Egunkaria, más los
que vengan. Y ahí es donde la gente
sale en masa a defender a
Egunkaria, tanto en el País Vasco
como, particularmente, en
Catalunya. Esto desgraciadamente
no pasa con Egin, del que habían
hecho creer a una parte importante
de la población española
que era un diario pro-etarra.

LI: También vuestras denuncias
de tortura dejaron claro que no
se circunscriben a un sector, ¿no?

MO: Nuestras torturas les abrieron
los ojos a mucha gente. Mis
compañeros de banquillo son gente
con mucho prestigio social, gente
conocida y especialistas en su
campo. La gente vio que habían torturado
a personalidades de la cultura
vasca, y la gente dijo no, esto no;
porque si les torturan a ellos, ¿qué
no harán con un joven de 18 años?
De hecho, la manifestación grande
contra el cierre de Egunkaria se
celebra en Donosti cuando aún no
se conocen las torturas. Nos detienen
el 20. El sábado 22, que aún
estábamos incomunicados, se celebra
la manifestación -el día que
más nos torturaron fue después de
la manifestación, no sé si porque
tocaba o por venganza-, y el gran
escándalo es cuando yo salgo de
la cárcel el martes 25, donde pasé
4 horas hasta que mi familia juntó
la fianza. Porque a la cárcel, a Soto
del Real, fue el diario Avui, Efe, Gara,
Egunkaria y también una unidad
móvil de ETB con una antena. Y la
gran rueda de prensa que di fue
esa, en directo, nada más salir de
la cárcel, sin duchar, sin dormir, con
barba de 5 días, demacrado, entre
sollozos… así que mi denuncia de
torturas la oyeron miles y miles de
personas aquella tarde.

LI: Han pasado 7 años, esa impunidad
de la represión en Euskadi,
¿se mantiene?

MO: Se mantiene de una manera
mucho más sibilina, mucho más
a la francesa, a la europea. Bueno,
ilegalizan partidos, prohíben listas,
prohíben coaliciones, le meten
en la cárcel a Otegi porque está
intentando convencer a ETA para
que pare… El Partido Socialista ya tiene la Ley de Partidos, la ejecuta
y punto. Batasuna no está representada
en el parlamento, pues
no pasa nada. No pasa nada en
Europa, pues no pasa nada.

LI: Háblanos de la situación
del proceso y de la solidaridad
que estáis recibiendo.

MO: Bueno, normalmente los
juicios empiezan y terminan. Pero
nosotros estamos dos días, 15 y
16 de diciembre, nos estamos un
mes sin ir a la sala, y hemos vuelto
el 12 de enero, después 13 días
sin ir, y volvemos 25, 26 y 27, y
terminamos el 2 de febrero.
Lo llamamos el juicio
‘Guadiana’, un juicio que
aparece y desaparece,
con lo cual nos dilata mucho
la campaña, nos
obliga a abusar de la solidaridad
de la gente.
Por otra parte nadie
nos acusa como víctimas
de un delito que hemos
cometido… No hay víctimas
directas. La fiscalía
no acusa, y está diciendo
que no tenía que celebrarse
el juicio, y de
hecho no está haciendo
preguntas a los procesados,
y sólo tenemos la
acusación popular, compuesta
por AVT y Dignidad
y Justicia, que todos
sabemos que son los
brazos judiciales del PP,
la Guardia Civil y la Policía,
que la única cosa
que hacen es entorpecer
la normalidad, en la Audiencia
Nacional y en el
País Vasco. Pero estamos
muy preocupados
porque las peticiones de
cárcel son de 14 años,
12 por pertenencia y 2
más por rango de dirección.
Tenemos mucha solidaridad en
Euskal Herria, porque la gente
nos quiere, nos conoce, nos apoya,
y fuera de Euskal Herria, en
els Països Catalans, estos últimos
años en Madrid, en Zaragoza, y
luego tenemos mucho apoyo y
eco mediático por parte de medios
comunicación internacionales,
como Le Monde, The
Guardian, The Independent, Times,
la revista Time, Washington
Post, New York Times, la RAI, la
Televisión francesa, la BBC… Hemos
tenido una solidaridad muy grande, y
la seguimos teniendo todos los días.
Y estamos muy endeudados con mucha
gente, estamos endeudados con
los vascos, y con los catalanes, incluidos
los grupos políticos –y sé que
algunos son mayoritarios y otros minoritarios,
pero son igual de legítimos
todos y estamos agradecidos a todos
por igual-…

LI: Vosotros tuvisteis un gran
triunfo, y es que no hubo un solo
día en que no hubiera un periódico
en euskera... y ahora Berria.

MO.- Cuando cierran el diario el 20
de febrero, nos detienen a los 10,
cada uno en su casa. En mi casa el
registro duró 4 ó 5 horas, y luego me
llevan al periódico, y realizan otro de
otras 4 horas. Esto sin saber unos
de otros, pues estábamos incomunicados.
Soy el último en salir del diario
y pude ver cómo hacen dos agujeros,
para meter los tornillos del candado.
Cuando hemos vuelto a esas
instalaciones, no hemos tapado los
agujeros, como los agujeros del 23F,
para que conste que allí hubo un candado
contra la libertad de expresión
y contra los medios de comunicación
en euskera.

Nada más salir de allí, la asamblea
de trabajadores, que llevaban
cuatro horas concentrados, se divide
en dos grupos y dicen: unos agitación
y propaganda, y los otros a
hacer un diario esta misma noche,
para demostrar a la Audiencia Nacional,
a la Guardia Civil y al Juez
Del Olmo que los únicos que decidimos
en nuestro país sobre la idoneidad
o no de publicar diarios en
euskera somos los trabajadores de
los diarios y los lectores. Y hacen
16 páginas, muy de
combate, un
monográfico sobre el
cierre. Nace Egunero,
que quiere decir todos
los días. Los 11000
suscriptores de
Egunkaria recibieron
Egunero. Egunkaria vendíamos
15000, pero de
Egunero vendieron no
sé cuántos miles todos
los días, porque era una
euforia impresionante.
Egunero fue un diario
puente, del 20 de febrero
hasta el 19 de julio de
2003, en que nace el
diario Berria, que vende
más, tiene más accionistas
–Egunkaria tenía
1500 y este tiene 24000
accionistas-, más páginas
y es mejor diario. Nosotros
hemos sufrido
mucho, pero les ha salido
bastante mal.

LI: Hay algo que
quieras añadir...

MO: Bueno, primero
os agradezco la oportunidad
que me dais para
explicar a vuestros lectores
y lectoras lo que
sucedió en Egunkaria, y también
agradecer a los medios de comunicación,
a los grandes y a los pequeños,
esa gran solidaridad que
nos mostráis haciendo entrevistas y
organizando o participando en debates
y actos. Y luego, quiero transmitir
un saludo y un reconocimiento
de deuda por todo lo que los catalanes
y catalanas han hecho en estos
7 años (a todos aquellos y aquellas
que fuera de Euskal Herria nos
habéis mostrado vuestra solidaridad).
Estamos «molt agraïts».

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