A medida que han pasado los
días, las dudas que teníamos
respecto al proyecto constituyente
de Arcadi Oliveres y
Teresa Forcades se desvanecen.
Toma cuerpo todo lo que
hay detrás del proyecto, más
allá del llamamiento a la
unidad inicial. Desde la modestia,
pero también la fuerza
que nos da haber venido
impulsando un frente de
izquierdas desde hace años y
habiéndolo demostrado
reiteradamente con nuestra
participación en diferentes
variantes (como Lucha Internacionalista
hemos participado
de Iniciativa Internacionalista,
Des de Baix -Desde
Abajo-, Anticapitalistas y
CUP-Alternativa de Izquierdas),
queremos profundizar en
las diferencias que tenemos
con la propuesta que se hace.

Arcadi afirma que «comulga con
la CUP» pero añade que «Con las
propuestas de Iniciativa también
estoy bastante de acuerdo.» Pasa
de puntillas sobre lo que le gusta
de IC-EUIA, y lo que no. No es secundario,
puesto que IC-EUIA ha
estado dos veces en el tripartito catalán,
en el de la ciudad de Barcelona...
¿Está de acuerdo con las
privatizaciones del Ayuntamiento
impulsadas desde la concejalía de
IC-EUIA?, ¿con Saura dirigiendo los Mossos d’Esquadra?, ¿con el
Pacto del Tinell que fundamentó las
bases de la LEC?... ¿O con IU en
Andalucía enviando la guardia civil
a la ocupación jornalera de
Somonte o a Las Turquillas? Imaginamos
que no, pero resulta que
tanto estas de IU, como aquellas
aplicaciones prácticas de la política
de IC-EUiA fueron enfrentadas en
la calle. Lo que no se puede hacer
es por la noche animar a rodear el
Parlament y por la mañana poner
distancia con quienes lo han hecho…
hay que elegir.

Y sigue Arcadi recordando «que
hace unos meses compañeros de
ICV y de la CUP me preguntaron
qué haría para las elecciones.
‘Pediros que vayáis juntos’. les dije.
No pudo ser, pero este es el leitmotiv
que tengo. Hay gente que
tampoco tiene muchas discrepancias
entre unos y otras.» (esta y citas
anteriores: Vilaweb, 12/04/
2013). Nosotros no estamos en las
CUP: nos incorporamos cuando
añadieron a sus siglas el «Alternativa
de Izquierdas» y somos parte de
las CUP-AE. Lo hicimos porque
compartíamos con ellos el mismo
lado de la barricada entre Saura y
los reprimidos en las manifestaciones,
entre Dolors Camats votando
la integración de las escuelas concertadas
en el sistema público educativo
y quienes hacían huelga contra
la LEC, entre Imma Mayol privatizando los comedores de las escuelas
maternales o Parques y Jardines
y los trabajadores, trabajadoras
y madres y padres que se
les enfrentaban; u hoy, entre Tejedor
en el Ayuntamiento del Prat de
Llobregat y los parados que le exigen
un plan de ocupación... estamos
del lado de quienes sufrieron
y están sufriendo las medidas de
IC-EUIA, porque IC-EUiA es un partido
de gobierno.

No es problema de querer o
no la unidad, sino de para qué la
queremos. IC-EUiA, la ha aceptado
con ERC, con PSC –y en algunos
aspectos de la LEC, incluso
con CiU-, ha sido durante decenas
de años la pata izquierda del
sistema, incluso ahora en la declaración
de soberanía del Parlamento,
condicionando la consulta
a la legalidad y al marco europeo
del hipotético estado catalán... Es
un tipo de unidad, como la que
antes impulsaron el PSUC o el
PCE, aceptando el marco monárquico.
Esta es la unidad para la
reforma del sistema: hoy en día
la reforma de la reforma. Nosotros,
justamente apoyamos a la CUP, no
sólo por el lado de la barricada que
había venido tomando anteriormente,
sino por su voluntad
rupturista con el estado y con el
sistema que se plasmaba en la independencia
y en la ruptura con la
UE. Y, sí, creemos que la CUP se equivoca al no haber visto hasta
ahora su capacidad para ser el
motor para unir más fuerzas para
esta ruptura. Pero la propuesta del
«proceso constituyente» es mezclar
agua y aceite, con la conciencia –
porque ya ha sido experimentada
por la historia- de que el resultado
queda reflejado en el dicho castellano
del «abrazo del oso». Es buscar
la manera de anestesiar los aspectos
rupturistas de la CUP para
llevarlos a la reforma.

No creemos que sea ninguna casualidad.
Entra en las resoluciones
de la Asamblea estatal de IU de diciembre
pasado –cuyo referente
catalán actual es EUiA-, Asamblea
donde todavía se reclaman del pacto
constitucional de la Transición
como algo que ha sido traicionado
por mandato de los mercados... y
plantean como solución las reformas
de las instituciones burguesas con
una serie de procesos constituyentes
por la III República, por una UE
«refundada» en base al «pacto
fundacional de la UE de
redistribución de la riqueza»… Es la
refundación periódica a que nos tiene
acostumbrados el PCE cada vez
que se le agota su potencial electoral:
primero fue fundando IU con
el mismo discurso que ahora (aquí
fue IC impulsada por el PSUC), y
cuando este también toca fondo -o
le sale competidor por la izquierda-
, después de haberlo malgastado
gobernando por el capital, volvemos
a otra refundación para que nada
cambie.

Cómo entonces, mientras tanto,
han ido surgiendo alternativas ante
su política. Entonces se las tragó
en un lío de corrientes internas sin
derecho a expresión electoral… ahora
quiere repetir, como en Galiza
donde en las últimas elecciones autonómicas
creó AGE (juntando EUIU
con ANOVA de Beiras) con un
programa bien instalado en el marco
de la UE y, con él, hipotecado a
los mercados que dice combatir.
Pero en el caso de IC-EUIA hacían
falta caras nuevas para ponerlo
en marcha puesto que el peso de
los tripartitos hace difícil creer en
cambios que vengan de ellos. Pero
el plan es el mismo, como declararon
Camats y Herrera al acabar la
X Asamblea de IC-EUIA en
Viladecans: el objetivo es impulsar
un «proceso constituyente» para
crear un «nuevo sujeto político» que
sume partidos y movimientos sociales
donde «IC sea el tronco» –
dijo Herrera-. El ejemplo que ponía
Camats en la misma entrevista, lo
conoce bien Arcadi puesto que también
entonces participó: «El PSUC,
en momentos mucho más difíciles,
fue capaz de construir espacios unitarios
como la Asamblea de Cataluña
». Lo que no nos recuerda es
que en este gran frente entraron
desde el PSUC a ERC o… Unión Democrática,
y acabó con las primeras
elecciones de la transición después
de haber dado juntos el sí a la
monarquía borbónica, avalando la
reforma del franquismo. Hoy, como
entonces, como con la fundación
de IU o de IC, el objetivo del reformismo
se repite: encorsetar la
ruptura dentro del sistema aprovechando
electoralmente su impulso.

En esto, las palabras de
Teresa Forcades son aclaratorias
cuando deja lugar en su proyecto
a personas nacionalistas de derechas
–entrevista en el diario Ara-,
porque imaginamos que nadie de
derechas está por romper con el
sistema. Arcadi lo hace más sutilmente
cuando dice «Hay dos ejes,
el nacional y el social. El primero está
encarrilado con la Asamblea Nacional
Catalana, por lo cual potenciaremos
más el social» (Entrevista El
País, 16 de abril de 2013). No creemos
que haya que señalar los pesos
políticos actuales en la ANC,
quizás haya suficiente con recordar
la foto del recibimiento que les hizo
Mas. Una cosa es llevar allá las propuestas,
y otra diferente considerar
el tema «encarrilado»: ¿o hay que
recordar también que puede haber
contradicciones entre el tema nacional
y el social? Porque a pesar de
que Oliveres no lo mencione hay diferentes
intereses de clase, y, por
ejemplo, la ANC está impulsando el
nuevo estado dentro de la UE -por
presiones, entre otros, de pequeños
empresarios-, y esto condiciona la
salida social. Casualmente, esto es
lo que propone IC-EUIA, pero no lo
que dice la CUP-AE que está por la
ruptura con la UE.

Dar por bueno el marco capitalista
en el tema nacional, choca muy
pronto con el tema social. Qué se
hace con estos presupuestos que
tiene que presentar ahora la
Generalitat? Se aceptan los recortes
o se pagan los intereses de la
deuda? Para mantenerse en la UE,
hay que pagar o renegociarla, o lo
que es lo mismo, respetar el pago
aumentando el déficit -con el consecuente
incremento de control y
restricciones-, como repite Herrera.

Porque para no tener recortes, el único
camino hoy es no pagar los intereses
de este año y destinar este
dinero a la gente. Está claro que,
dado que no se cuestiona el carácter
de clase de la propuesta de la
ANC, queda que las CUP-AE acepten
el marco europeo, teniendo claro que incluso la nacionalización
de la banca y el no pago de la
deuda ilegítima (?), quedan sujetos
–dicen Teresa y Arcadi que
para no ser «utópicos»- a que
se «perfile» puesto que «... sabemos
que no podemos hacerlo
ahora, sino que hay que trabajar
porque una mayoría social
apoye. Evidentemente, el poder
de la Generalitat respecto a los
bancos y la Unión Europea es
muy pequeño. Necesitamos
más poder político. Las propuestas
que hacemos serán
matizables o ampliables en la discusión
que haremos los próximos
meses con la ciudadanía.»

¿Y hasta que tengamos más
poder político o el estado catalán
independiente? Imaginamos
que habrá que explicar a los y
las trabajadoras, a los parados...
que tienen que seguir
recortándose y pagando. Una
propuesta triste en el papel y sobre
todo cruel con los y las trabajadoras,
quienes tienen urgencia
en paliar necesidades. Porque
son ellos y ellas quienes nos
han enseñado el camino: cuando
en una familia tienes que elegir
entre la comida de los hijos y
la letra de la hipoteca, ésta no
se paga, y después se lucha
contra el desahucio.

Esperamos que el otro camino
de unidad, el de empezar
por quienes hoy se han perfilado
como opuestos al sistema
actual, las CUP-AE, las
CAV y otras opciones
anticapitalistas que han ido
ganando espacio entre las clases
populares en los últimos
tiempos –y por eso quiere absorberlos
el «proyecto constituyente
»-, vean que en sus manos
está la unidad de la izquierda,
la de la lucha. Que perfilen
un par de ejes para esta unidad
(uno de cada aspecto, para lo
que nosotros proponíamos el
de la autodeterminación ya –
sin condicionantes de ningún
tipo- y el de la ruptura con los
mercados, con la UE) y alrededor
de los cuales sí se agrupen
desde compañeros de IC-EUIA
a luchadores independientes
que honestamente quieran esta
ruptura hoy necesaria.